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Transportes y Desarrollo

Después de la manifestación del pasado día 18 de noviembre en la que, por una vez y sin que sirva de precedente, políticos y movimientos sociales de Extremadura han unido esfuerzos para reivindicar en Madrid, ante la opinión pública nacional, el hartazgo de la región por una red de transportes que no está, ni mucho menos, a la altura de los tiempos actuales.

En estas circunstancias y con el deseo de que esta manifestación extremeña constituya un punto de inflexión en la evolución de las infraestructuras de transporte, creo que conviene hacer un poco de historia para, sabiendo de dónde venimos, tener más claro dónde queremos llegar.

En todo caso, para no perdernos en aconteceres remotos que en poco o nada afectan a la situación actual, nos ceñiremos a los últimos años del régimen anterior y, como es obligado, a Extremadura y a la provincia de Cáceres (EL NORTE) más concretamente.

Un análisis de la situación en la década 1960-1970 nos ofrece que existían las siguientes líneas férreas:

  • MADRID-CACERES-LISBOA (Lusitania con transbordo fronterizo en Valencia de Alcántara y Marvao). Servicios para viajeros y Servicios Postales (Hoy está suprimido).
  • MADRID-CACERES (Con Servicios de viajeros y Tren Postal con 11 horas de recorrido, “curiosamente le denominaban el Rápido” (También suprimido)
  • ASTORGA.-SALAMANCA-PALAZUELO-EMPALME (Suprimido)
  • CACERES-MERIDA-SEVILLA CON ENLACES A BADAJOZ Y CABEZA DEL BUEY (Suprimido).

Como puede observarse, desde Cáceres se podía viajar en tren hacia los cuatro puntos cardinales (Salamanca, Sevilla, Madrid y Lisboa). Cierto que esta red ferroviaria con trenes de máquinas de vapor, vagones de madera y amén de calefacción dejaba mucho que desear, pero era lo que había en una economía autárquica.

¿Qué tenemos ahora? Pues de las denominadas “líneas de media distancia” las siguientes:

  • BADAJOZ-CÁCERES-MADRID
  • MÉRIDA-SEVILLA
  • BADAJOZ-MÉRIDA-CIUDAD REAL-MADRID
  • ZAFRA-HUELVA

Es decir, que desde Cáceres sólo se puede viajar a Madrid y, en pleno Siglo XXI, en un convoy que tarda cinco horas y media sin retrasos, lo que últimamente es bastante infrecuente.

La involución es tan evidente como sangrante y quizás habría que preguntarle a los políticos que el sábado reivindicaron con tanta elocuencia “un tren digno ya” ¿Qué han hecho durante tantos y tantos años de gobierno en la Junta de Extremadura para que “perdamos el tren” de forma tan humillante?

De sobra es sabido que en cualquier país o región una infraestructura adecuada es uno de los aspectos más importantes de las políticas de desarrollo. Las redes de infraestructuras constituyen el soporte esencial del sistema económico. Está claro por qué Extremadura está como está.

Si pasamos un rápido vistazo por las carreteras podremos ver que, también hasta los años 70 del pasado siglo, Cáceres estaba conectada por empresas de transporte que cubrían servicios postales y de viajeros con Madrid y con una importante cantidad de poblaciones de la provincia (Plasencia, Sierra de Gata, Trujillo-Guadalupe, Arroyo-Malpartida y Valencia de Alcántara, Miajadas y Montánchez, Los Cuatro Lugares, Garrovillas,…)

¿Quién no rememora con cierta nostalgia aquellos coches de línea de Mirat, Sequeira, Carrión, Quevedo, Magro, Blanco o Gil?

Ellos eran el único soporte para viajeros, mercancía y red postal; pues los concesionarios tenían la obligación de recoger, y entregar el correo de forma gratuita y lo hacían por carreteras, apenas asfaltadas, sinuosas, y estrechas que servían para la circulación de camiones y autobuses y que cumplieron su fin en un régimen desconectado de Europa.

Es evidente que las carreteras extremeñas han evolucionado favorablemente; pero también lo es que la red de autovías es manifiestamente mejorable y no digamos los trazados y pavimentaciones de las carreteras convencionales.

Está muy bien reivindicar un tren digno; pero es mejor reivindicar nuestra DIGNIDAD.

Y  nuestra DIGNIDAD exige que las infraestructuras, ferrocarril y carretera, sean el soporte esencial del desarrollo y produzcan un efecto en la economía extremeña y para ello es necesario:

  • Que se impliquen todas las Administraciones, Central, Comunitaria,  Diputaciones y Ayuntamientos en la consecución de una red adecuada sin mirar tanto a la rentabilidad como está ocurriendo, pues unos Servicios Públicos de Transportes a precio justo supondrían un gran apoyo a la economía y al desarrollo de nuestra región.
  • Integrar coordinadamente ferrocarril y carretera para el transporte de mercancías, viajeros, estudiantes, sanidad, comercio y cualquier otro  con servicios diarios a las capitales de la comunidad y núcleos de población importantes con lanzaderas para llegar también al medio rural hoy abandonado totalmente, lo que contribuirá al aumento de su población.  Serían necesarios horarios e itinerarios adecuados para que cualquier traslado de personas o mercancías fuese ágil, tanto intrarregional, como con las provincias limítrofes y Portugal.

El reto es importante y de difícil consecución, pero si sumamos y no restamos, con la continuidad en las políticas de mejora de las infraestructuras, gobierno tras gobierno, sea cualquiera que fuere su color,  sin duda los extremeños agradecerían el empeño puesto por sus dirigentes.

No debemos detener el rumbo del progreso cada vez que haya un cambio de gobierno central o autonómico, hay que sumar, sumar y sumar con proyectos a corto plazo y plurianuales.

El transporte aéreo es harina de otro costal y quizás haya otro momento para analizarlo.

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César García González
Escritor, poeta

Colecciones de poemas, leyendas medievales extremeñas y numerosas colaboraciones en prensa y revistas han sido los cauces en los que se ha ido plasmando su vocación literaria.