La Indefinición
Si analizamos la historia reciente de nuestra democracia y la evolución de los partidos políticos como para enlazar con el anterior régimen e implantar la democracia, aparece un partido político formado por familias de intereses de distintas sensibilidades con el objetivo de democratizar el país, desde la legalidad, mantener su posición hegemónica y gobernar.
Pronto la indefinición de unos, los intereses de otros, en el propio partido, la presión de la derecha y la izquierda, hacen inviable la continuidad de una formación política nacida de la oportunidad y que se difumina con el trasvase de sus diputados a derecha e izquierda.
Resultó imposible aglutinar a las distintas sensibilidades.
El mapa político queda asentado con un Partido de izquierda moderada hegemónico que gobierna varios años con una cohesión basada en su disciplina interna más que en su unidad ideológica, y por otro lado un centro derecha tratando de recomponerse hasta conseguir llegar a ser una alternativa de gobierno.
Además de estos dos bloques, surgen otros intentos de formaciones de menor peso que terminaron difuminándose tal vez por su propia indefinición.
El mapa político actual se conforma con la pérdida de apoyos de los dos bloques y la aparición de nuevos partidos de diferente signo que, junto a los nacionalistas de varias comunidades, conforman un Parlamento, unas Asambleas Regionales y unos Ayuntamientos en los que sólo se puede gobernar mediante pactos con partidos que apoyan pero no asumen tareas de gobierno. De esta forma tan difícil se esta gobernando en esta legislatura, no exenta de graves problemas como lo es el de Cataluña.
A estas alturas de nuestra democracia va siendo hora ya de implantar una legislación electoral que dé garantías de gobierno a quien gane las elecciones ya sea con una segunda vuelta o el respeto de la lista mas votada, para no estar en manos de los indefinidos, aquellos que exigen que se suban las pensiones, que se derogue la llamada “ley mordaza”, que se anule la prisión permanente revisable, que se derogue o revise la reforma laboral, y en definitiva que el propio gobierno desmantele lo que hizo en la legislatura anterior, eso sí todo ello sin “mojarse” es decir sin asumir tareas de gobierno con ministerios de aquellas parcelas que quieren revisar.
Que lo haga el otro que yo ya criticaré. Eso se llama indefinición.
Los españoles ahora más que nunca deben reflexionar y analizar situaciones precedentes comparándolas con las actuales.
La falta de la coordinación interna en los grandes partidos con alternancia en el gobierno, hace un flaco favor a la sociedad y los sitúa a merced los partidos formados por los descontentos de unos y de otros y que al fin de cuentas terminan despareciendo como ya ha ocurrido con algunos.
Los partidos que no tienen claro un objetivo de gobierno concreto, su vacilar, su indefinición terminan con el propio partido pero durante un tiempo hacen muy difícil la tarea de gobierno con el condicionamiento de sus apoyos, que al final lo sufre y lo soportan los gobernados.
REFLEXIONEMOS SOBRE LOS COMPORTAMIENTOS DE LOS PARTIDOS POLITICOS.
